“Sólo los desnudos viven al sol.
Sólo los sencillos cabalgan al viento.
Y sólo aquel que pierde el camino mil veces logrará regresar al hogar.”
De entre todos los autores que se han dedicado a la literatura reflexiva, Gibran Jalil Gibran es de los más destacables. No es casualidad que haya estado en el rastro de Madrid y lo primero que haya visto hayan sido 3 obras suyas, que en las librerías especializadas aparezcan obras reeditada y que aún hoy día se comenten sus obras tratando de averiguar todo lo que quiso expresar.
Si algo caracteriza a Yibran es su lenguaje, muy hermético, usando siempre metáforas para explicar aquello que quería transmitir al lector, y en muchas ocasiones hay que releer algunas de sus páginas para no perder el hilo de lo que está diciendo.
La última obra que me he leído de él es El Jardín del Profeta. Gibran nos cuenta el regreso del profeta Almustafa a su isla natal y en ella se reúne con 9 discípulos y Karima, a quienes les irá desvelando la vida, como dice el propio Gibran en su obra “La vida está velada y oculta, igual que está oculto y velado vuestro si más profundo”
Al igual que Paulo Coelho en su obra El Manuscrito de Accra, la obra de Yibran tiene una sucesión de 16 capítulos en los que la trama argumental es lineal pero en cada uno de ellos transmite una enseñanza a raíz de alguna de las preguntas que le van haciendo los 9 discípulos.
Lector hablando a gritos 